En Ciencia Política y Relaciones Internacionales la guerra es un instrumento político, al servicio de un Estado u otra organización con fines políticos.
Las reglas de la guerra, y la existencia misma de reglas, han variado mucho a lo largo de la historia. El concepto de quiénes son los combatientes también varía con el grado de organización de las sociedades enfrentadas. Las dos posibilidades más frecuentes son civiles sacados de la población general, generalmente varones jóvenes, en caso de conflicto, o soldados profesionales formando ejércitos permanentes. También puede haber voluntarios y mercenarios. Las combinaciones de varios o de todos estos tipos de militares son también frecuentes.
Las formas de hacer una guerra dependen de los propósitos de los combatientes. Por ejemplo, en las guerras romanas, cuyo objetivo era expandir el imperio, el objetivo militar principal eran los combatientes de la nación a conquistar, para incorporar el pueblo una vez conquistado al imperio.
En la actualidad, a veces se hace distinción entre conflictos armados y guerras. De acuerdo con este punto de vista, un conflicto sólo sería una guerra si los beligerantes han hecho una declaración formal de la misma. En una concepción de la doctrina militar de EE.UU. no se hace distinción alguna, refiriéndose a los conflictos armados como guerras de cuarta generación.
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Causas de la guerra
Desde el punto de vista socio-filosófico, se han avanzado muchas teorías acerca del origen y causas de las guerras. En consecuencia, parece posible tratar de clasificar, muy en general, tales teorías en dos grandes divisiones: la que ve la guerra como producto racional de ciertas condiciones, primariamente condiciones políticas (famosamente, Carl von Clausewitz argumentó que la guerra es la continuación de la política por otros medios9 ) y otra "irracionalista", que ve la guerra como producto de una tendencia, últimamente irracional, de los seres humanos.
Las teorías irracionalistas pueden aproximarse desde dos puntos de vista:
1. Aquellas que ven el origen de la guerra en causas no amenable a tratamiento racional,10 por ejemplo, sentimientos religiosos11 12 o emociones.13 14 El extremo lógico de esta visión -que el hombre es un animal inherentemente agresivo -sujeto a tendencias tanto de competición como cooperación que se observan en animales sociales, situación que demanda la expresión ocasional de tales tendencias- se encuentra en algunas explicaciones ya sea biológicas, psicológicas15 o de la psicología social del origen de conflictos (ver, por ejemplo: Experimento de Robber's Cave).
2. La visión alternativa dentro de esta posición ve la guerra como originándose, a menudo, en equivocaciones o percepciones erróneas. Así, por ejemplo, Lindley y Schildkraut16 argumentan, a partir de un análisis estadístico, que la cantidad de guerras que se podría aducir tuvieron un origen racional ha disminuido dramáticamente en tiempos recientes (Lindley y Schildkraut ofrecen como ejemplos de tales equivocaciones la Guerra de las Malvinas y la Guerra de Iraq).
La visión alternativa, de la guerra como actividad racional, se basa en dos percepciones. La original de von Clausewitz acerca de la guerra constituyendo la persecución de (objetivos de) la política por otros medios y una percepción posterior (implícita en von Clausewitz) que indica que se recurriría a la guerra cuando se estima que las ganancias superan a las pérdidas potenciales (es decir, a través de un análisis de costo-beneficio). A su vez, se pueden distuinguir dos posiciones:
1. La teoría de la primacía de las políticas domésticas: se encuentra, por ejemplo, en las obras de Eckart Kehr y Hans-Ulrich Wehler (op. cit). Para esta posición, la guerra es el producto de condiciones domésticas. Así, por ejemplo, la Primera Guerra Mundial no fue producto de disputas internacionales, tratados secretos o consideraciones estratégicas, sino el resultado de condiciones socio políticas, incluyendo económicas, que, a pesar de ser comunes a varias sociedades, hacían sentir tensiones a cada una de ellas en forma interna, tensiones que solo se pudieron resolver a través de la guerra.
2. La teoría de la primacía de la política internacional, que se encuentra, por ejemplo, en la concepción de Leopold von Ranke, de acuerdo a quien son las decisiones de estadistas motivados por consideraciones geopolíticas las que conducen a la guerra.
Concepto filosófico
Se ha sugerido que, desde un punto de vista moral o filosófico, sería posible hablar de una Guerra justa o lícita. Si ese es el caso, hay que distinguir:
- Si la guerra en general puede ser lícita.
- Si se cumplen o garantizan las condiciones requeridas.
A primera vista parece posible proponer que la guerra no es necesariamente ilícita. Existe el derecho de autodefensa o de legítima defensa contra el enemigo exterior, cuando ese ataca injustamente a un pueblo. Si se niega este derecho de legítima defensa se robustece al agresor y se pone en peligro la paz de los pueblos. Sin embargo, se ha sugerido desde una perspectiva ética que, para que una guerra pueda tener una licitud ética, existen una serie de condicionantes adicionales:
- Que haya una injusticia real, verdadera y de gravedad.
- Inviabilidad de defenderse por vía pacífica.
- Perspectiva y esperanza de éxito final.
- Que se pueda evitar un perjuicio a terceros inocentes.
La defensa del bien público prevalece sobre cualquier derecho del agresor e incluso sobre los riesgos que puedan tener los propios súbditos agredidos. Pero se considera ilícita la matanza injusta.
Desde ese mismo punto de vista filosófico, se considera que el movimiento a favor de la paz se hace acreedor del más alto reconocimiento. Dicho movimiento es difusor de un espíritu de entendimiento y comprensión entre los pueblos. Su fin ético y moral es conseguir la paz y los acuerdos sin derramamiento de sangre.